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El mejor y peor escenario de cada equipo en la NFC Oeste

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Por Luis Herrera

Los cuatro integrantes de este sector arrancan 2021 con aspiraciones de playoffs

Si hace unos días hablábamos del pobrísimo desempeño colectivo de la División Este de la Conferencia Nacional, hoy nos encontramos con un escenario muy diferente al otro lado del territorio estadounidense.

Tres de los cuatro integrantes de la NFC Oeste tienen aspiraciones legítimas de llegar al Super Bowl. No debería extrañarnos, considerando que entre los tres suman cinco de los últimos nueve representantes de la Nacional en el partido por el trofeo Vince Lombardi. El cuarto miembro de la división quizá no tiene tan altas expectativas, pero no llegar a los playoffs también sería considerado un fracaso.

Esta es la tercera entrega de una serie analizando el mejor y el peor escenario que puede enfrentar cada franquicia en 2021, excluyendo una plaga de lesiones que, por supuesto, puede derribar incluso al mayor contendiente.

El resto de las divisiones aparecerá en las próximas tres semanas los martes y viernes.

1. El mejor y peor escenario de la NFC Sur

2. El mejor y peor escenario de la NFC Este

San Francisco 49ers

Mejor escenario: Jimmy Garoppolo se mantiene sano y en buen nivel toda la temporada, permitiendo que el talentoso pero muy verde Trey Lance tenga un año para desarrollarse tras bambalinas, liderando de todas formas a los Niners a un récord de 14-3 y alcanzar el Super Bowl como hace dos temporadas, esta vez ganándolo gracias al aporte de estrellas que terminaron 2020 en la gigantesca lista que San Francisco envió a la reserva de lesionados, como George Kittle, Raheem Mostert, Dee Ford y Nick Bosa.

Peor escenario: Kittle y Bosa no regresan al 100 por ciento de sus capacidades, Garoppolo titubea y Kyle Shanahan decide enviar a Lance al ruedo demasiado pronto, llevando a San Francisco a una temporada de altibajos que termina con récord de 9-8 y sin acceso a la postemporada.

Arizona Cardinals

Mejor escenario: J.J. Watt ayuda a que la defensiva se meta al top 10 de la NFL, Kyler Murray da un salto de tercer año similar al que tuvo Josh Allen en 2020 y los Cardinals sorprenden ganando una muy cerrada NFC Oeste con marca de 11-6, aunque solo les alcanza para llegar a la ronda divisional.

Peor escenario: Los veteranos recién llegados como Watt, Rodney Hudson y A.J. Green resultan un gasto demasiado oneroso para lo que son capaces de producir en el campo; Murray se atasca en su desarrollo y Arizona termina avasallado por sus rivales divisionales y con un registro de 5-12, lo que a su vez lleva al despido del entrenador Kliff Kingsbury luego de tres años sin poder meter a los Cards a los playoffs.

Los Angeles Rams

Mejor escenario: Darrell Henderson y Raymond Calais compensan sin problemas la baja del prometedor corredor Cam Akers, Matthew Stafford da ese plus de calidad como QB que Jared Goff no podía aportar y la defensiva se mantiene en la élite de la liga pese a la marcha del coordinador Brandon Staley y piezas importantes como Troy Hill, John Johnson III y Michael Brockers. Los Rams terminan con marca de 13-4 y disputan su segundo Super Bowl en cuatro años, pero nuevamente caen ante el representante de la Conferencia Americana, sean los Chiefs o uno de sus múltiples contendientes.

Peor escenario: La lesión de Akers es solo la primera entre varias de las estrellas y la escasa profundidad de la banca de los Rams les conduce a una debacle similar a la que vivió San Francisco el año pasado y el sótano de la división con un decepcionante 6-11.

Seattle Seahawks

Mejor escenario: Pete Carroll afloja las riendas sobre Russell Wilson y éste tiene a lo largo de toda la temporada un desempeño similar al que mostró en la primera parte de 2020, finalmente consiguiendo el reconocimiento como Jugador Más Valioso de la liga tras llevar a Seattle a un récord de 13-4 y la final de Conferencia, pero caen ahí ante los Buccaneers o los Packers.

Peor escenario: El divorcio entre Carroll y Wilson es inevitable, con esta temporada resultando en buena medida una repetición de 2020, con unos Seahawks competitivos pero sin el impulso necesario para superar a los mejores de la Conferencia. Un flojo 8-9 resulta en el fin de una era, con uno de los dos pilares del equipo marchándose al final de la temporada.

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