Por Karla Villegas Gama
Ha gastado más de 100 millones en fichajes; pero aún no puede registrar jugadores
Para nadie es un secreto que la pandemia hizo estragos en las finanzas del Barcelona. En marzo de 2021, el entonces director general, Ferran Reverter, confesó que el club estaba, prácticamente, en “bancarrota”, pero 1 año después se ha gastado más de 100 millones de euros en fichajes, ¿cómo lo hizo?
Los primeros pasos para aliviar una deuda de más de 1,300 millones de euros fue liberar jugadores, después pedir un nuevo préstamo a Goldman Sachs, con ello la institución logró rebajar a la mitad la cifra hacia junio de 2021.
Para mediados de 2022 se anunció a un nuevo patrocinador: Spotify, que estará ligado al club por los próximos 4 años y que invertirá poco más de 430 millones de euros.
El resto fue una decisión ortodoxa que, a corto plazo, ha brindado la liquidez suficiente para fichar a Robert Lewandowski (45 millones de euros) y Raphinha (58 millones de euros); pero a largo plazo la estrategia podría salir muy cara.
La directiva cedió un 25% de sus derechos de televisión a la empresa estadounidense Sixth Street, algo que el club nombró como “palancas”.
La primera de ellas por 207.5 millones de euros (10% de los derechos); la segunda por 320 MDE, y la última por 330 MDE (15% de los derechos). Así que el club dispone de más 850 MDE para subsanar sus finanzas de golpe y fichar jugadores, a cambio de no ver un centavo de lo que generarían los derechos que vendió… por los próximos 25 años.
Sí, Barcelona ha renunciado a un ingreso seguro durante un cuarto de siglo con tal de encontrar liquidez de forma inmediata. Aunado a ello, el club consiguió refinanciar su deuda y vender a algunos futbolistas más (Philippe Coutinho, Francisco Trincão, Moussa Wagué, Ferrán Jutglà y Rey Manaj).
Eso sí el Barça debe dar salida a otros elementos para poder registrar a los nuevos elementos: Andreas Christensen, Franck Kessié, Lewandowski y Raphinha, pues por el momento su masa salarial excede el límite impuesto por La Liga.
La aventura culé continúa, aunque con una valija mucho más liviana.