FUTBOL EUROPEO

Noruega extrañó a Erling Haaland

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Por EFE

Los 'Vikingos' dividieron unidades en su visita a Georgia.

Noruega no pasó del empate en su visita a Georgia (1-1), en un partido en el que mandó muchos minutos y en el que tuvo las mejores ocasiones frente a un rival que supo empatar un resultado adverso y que dio la cara en la segunda parte.

Si la ausencia de su gran estrella, Erling Haaland, se notó hace tres días en Málaga, más lo hizo en este encuentro que, de haberlo ganado, hubiera supuesto un refuerzo moral considerable.

Noruega dominó con autoridad la primera parte. Monopolizó el balón y el juego, yendo con sentido por dentro y por fuera, sobre todo por la banda derecha, donde Ola Solbakken fue una amenaza.

Alexander Sørloth se fabricó el 0-1 con un latigazo raso desde fuera que entró pegado al palo de un Giorgi Mamardashvili algo inseguro en un par de bloqueos.

El gol reafirmó a Noruega, que tuvo dos opciones claras para aumentar el resultado. Solomon Kverkvelia anuló la primera tirándose a los pies de Sørloth para impedir su remate dentro del área.

En la otra, el portero georgiano del Valencia se redimió con una buena mano a tiro de Mohamed Elyounoussi tras gran internada de Ola Solbakken. Fredrik Aursnes, forzado, mandó el rechace a las nubes.

No hubo apenas noticias de Georgia en los 45 minutos iniciales, incapaz de juntar tres pases seguidos y de crear algún peligro. Hasta que Khvicha Kvaratskhelia se sacó un disparo que salió lamiendo el larguero y despertó a su equipo en el tramo final.

Georgia mantuvo la inercia en el arranque de la segunda parte y encerró a una Noruega algo desconcertada. Orjan Nyland salvó el empate en un tiro de Otar Kakabadze.

Sagnol olió sangre y movió el banco, sacando a un defensa para jugar con un 4-4-2. Y el efecto fue casi inmediato. Georges Mikautadze se plantó solo frente al arco noruego y batió a Nyland, que poco después salvó el segundo a un tiro de Lobjanidzi.

Noruega reaccionó pronto. Mamardashvili salvó a los pies de Sørloth. Más clara aún fue la ocasión que tuvo Martin Odegaard, que mandó a las nubes de forma incomprensible una pelota franca con el portero georgiano batido.

Con el partido ya desbocado, Kvaratskhelia tuvo el gol en una contra, pero su remate salió cerca del palo.

Parecía que Noruega podía ganarlo. Así lo entendió Georgia, que se encerró y dio por bueno un punto más valioso para los locales. Noruega, en cambio, está casi obligada a ganar sus dos compromisos en junio en casa contra Escocia y Chipre. La presencia de Haaland será imprescindible.

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