Wrestlemania 38 tuvo un cierre mucho mejor de lo esperado. Después de 19 años, Stone Cold Steve Austin volvió a la acción y lo hizo en gran forma, al derrotar a Kevin Owens en una inesperada batalla sin reglas.

Aparentemente 'The Rattle Snake' solo platicaría con Kevin Owens en su show, incluso había sillas y la charla comenzó con normalidad, pero poco a poco los ánimos se fueron calentando hasta que comenzaron los retos, Austin aceptó, pidió a un referee y comenzó el combate.

Nada mal para un veterano como el originario de Texas, que prácticamente no tuvo respuesta de su rival, quien trató de hacerle algunas marrullerías, pero ninguna de estas es suficiente cuando el rival es el ex campeón de WWE.

Patadas, derribos, insultos y toda la parafernalia que caracteriza al símbolo de la 'Attitude Era' aparecieron en el cuadrilátero, hasta que llegó el momento de aplicarle su movimiento más emblemático: el 'Stone Cold Stunner'.

Y no solo uno, primero logró noquearlo y ponerlo de espaldas y posteriormente ya en plena celebración, Owens logró ponerse de pie, pero se encontró con Austin, que lo mandó nuevamente a otro mundo.

Así cerró la primera noche de Wrestlemania, con el tradicional brindis con latas de cerveza y su música característica de fondo. Stone Cold Steve Austin, el amo del 3:16, sigue siendo uno de los más grandes ídolos en la historia de WWE y se demostró una vez más en el escenario más grande: Wrestlemania.