Por Hiram Marín
Los Raiders exhibieron a Los Angeles y los aplastaron 63-21
Nunca los Raiders habían anotado tantos puntos en un partido. A pesar de la ausencia de Josh Jacobs, el conjunto de Las Vegas le propinó a Los Angeles Chargers una noche de auténtica pesadilla al aplastarlos 63-21.
Justin Herbert fue operado y esto le dio la oportunidad para iniciar al poco experimentado quarterback Easton Stick, quien superó las 240 yardas y lanzó dos pases de touchdown, pero sufrió una intercepción y fue capturado en repetidas ocasiones.
Por los Raiders, Aidan O'Connell finalizó con 248 yardas y 4 pases para touchdown, además de que la defensiva también se hizo presente en el marcador. Se trató de un juego de contraste pleno: mientras a Las Vegas le salió todo bien a Los Angeles le salió todo mal.
Si bien los Raiders ya no tienen esperanzas para clasificar a playoffs, vencer a uno de sus rivales divisionales y por una diferencia tan amplia, representa un alivio y además le da credibilidad al coach Antonio Pierce, de quien se dudaba mucho desde que tomó al equipo.
Un jueves por la noche que resultó espectacular para los Raiders, pero que definitrivamente tendrá muy preocupado al coach Brandon Staley, quien probablemente dirigió su último partido al frente de los Chargers.