Aplastantes. Así fueron los Buffalo Bills, con un Josh Allen impresionante por aire y por tierra, acompañado por una ofensiva avasalladora y una defensiva golpeadora y que detuvo todo. El triunfo 31-6 sobre los New Orleans Saints resultó justo.

Allen, a pesar de sufrir dos intercepciones, lució gigantesco. Cuatro pases de touchdown, 260 yardas y sobre todo: 23 pases completos de 28 enviados, además de 43 yardas terrestres en 8 acarreos le dieron forma a la victoria.

Jugadores como Stefn Diggs, Davin Singletary y otros como Cole Beasley y Gabriel Davis, siguen en un gran momento y no tuvieron problema para avasallar a sus contrarios.

Los Saints por su parte, siguen demostrando los estragos de la reestructuración. La era post Brees es dolorosa y cuando no se tiene un quarterback de elite, sucede lo de este jueves.

Trevior Siemian, aunque impetuoso, se vio por momentos sin idea. Cierto, lanzó un pase de touchdown, pero la sinergia con su ofensiva nunca se dio al 100 por ciento.

A lo anterior hay que agregar las ausencias de Alvin Kamara y Mark Ingram, ambos lesionados y claves en el ataque terrestre de Nueva Orleans, que ante los Bills desapareció.