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Feel the Orgullo: Estefanía Fabregat, siempre bailando, nunca no bailando

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Por Raúl Gutiérrez

Aparte de animar en los partidos, el equipo de porras tiene otras actividades

Estefanía Fabregat nació y creció en la Ciudad de México. Ella bailó, baila y bailará, siempre con una sonrisa de oreja a oreja. La mexicana es parte del equipo de porristas de los Miami Dolphins desde el 2018 y es una gran representante de la sangre latina en la NFL.

A la edad de 4 años inició su camino como bailarina, primero en el mundo del ballet clásico, disciplina en la que encontró su pasión desde muy pequeña, bailar. A los 14 años dejó el ballet por una operación que tuvo en el pie derecho que le impedía sostenerse en puntas en las zapatillas y decidió entrar al mundo del jazz, un poquito de contemporáneo y también al hip-hop, nada ni nadie iba a impedir que bailara.

Estefi, se fue a vivir a Estados Unidos con su mamá, Gabriela, y su padrastro a Florida. A los 16 años y con el inglés todavía bastante limitado, conoció el ahora llamado Hard Rock Stadium, hogar de los amadísimos Dolphins de su padrastro, George, quien fue el responsable de su primer acercamiento con el fútbol americano.

“Desde ese día me encantó la energía, el ambiente y toda la pasión de los fans en el estadio” me cuenta mientras se le brillan los ojos y sonriendo sin darse cuenta. Sin querer, ese día la vida le puso una invitación ante sus ojos.

No todo fue baile, desde muy pequeña aprendió alemán en el Colegio Suizo de México, también habla inglés y francés. Estudió la carrera de Mercadotecnia y Comunicación en la Universidad de Villanova (Go Nova!), ahí se integró al equipo de porras y le tocaba ir a los partidos de fútbol americano y basketball de los Wildcats.

Terminando la universidad, tomó una oferta de trabajo en Florida que le permitió estar cerca del equipo de sus amores, ese mismo año hizo su primera audición para convertirse en porrista de los Dolphins pero no fue elegida. Con una risita nerviosa me confesó que estaba nerviosa y que nunca se imaginó la exigencia de la audición, pero la decisión no nubló sus objetivos; durante todo un año se preparó, cambió su alimentación y su estilo de vida, le pegó duro al ejercicio y con la ayuda de Mari Campuzano, una exporrista latina de los Dolphins que conoció de pura suerte en el gym, logró quedarse con una plaza en su segunda audición.

El mundo de las porristas es desconocido para muchos, de hecho, lo poco que creemos conocer siempre termina siendo un clichéhollywoodesco, de la rubia hermosa que es novia del quarterback en las películas, pero dista muchísimo de lo que es en realidad.

En un día normal de partido, Estefanía se levanta alrededor de las cinco de la mañana, toma mucha agua, desayuna y se arregla para salir a las instalaciones de los Dolphins, ahí se reúne todo el equipo entre 8/8:30 y salen rumbo al estadio en bola, hay domingos en los que le toca estar en cancha, otros en los que le toca firmar autógrafos y realizar diversas actividades con los fans en el estadio.

Desde la grada o nuestro sillón todo se ve más fácil y muchos piensan que ser porrista no cansa, es mover los pompones y valga la redundancia “echar porras a los jugadores; “lo que mucha gente no se da cuenta es que estamos 4 horas en acción durante un partido y solamente tenemos siete minutos al medio tiempo para relajarnos, comer un snack y regresar a la cancha, durante un partido bailamos entre 30 y 40 rutinas cortas diferentes”, una verdadera locura ¿no

Debido a las nuevas normas por la pandemia, las porristas no pueden animar a los Dolphins en el terreno de juego, pero los 13 mil fans que son admitidos en el Hard Rock Stadium pueden disfrutar del baile en las pantallas del estadio.

El mejor recuerdo que tiene durante un partido fue cuando vivió en primera fila el “Miami Miracle”, aquella jugada en la que Kenyan Drake anotó el touchdown con la que le ganaron a los Patriots en la última jugada en diciembre del 2018.

En 2019, Estefi tuvo la oportunidad de ir a la Ciudad de México con el equipo de porras de los Dolphins a varios eventos referentes al Super Bowl LIII y por lo que me platica la pasó increíble, los fans de los Dolphins la recibieron con los brazos abiertos, le aplaudieron, la apapacharon, se tomó muchísimas fotos y lo mejor de todo es que pudo compartir esta parte de su vida con amigos y familiares que no habían tenido la oportunidad de verla vestida con el uniforme de Miami.

Hablando del Super Bowl, Miami fue el anfitrión de la edición LIV, en el que vivimos uno de los mejores shows de medio tiempo de la historia con Shakira y JLo; pues les digo que no eran las únicas latinas en el escenario,Estefania fue parte del cuerpo de bailarines que acompañaron a Shakira en su actuación, nada más de pensarlo se me enchina la piel.

Aparte de animar a los jugadores en los partidos, el equipo de porras de los Dolphins tiene diversas actividades en las que apoyan la comunidad de Miami, también tienen un equipo infantil de porras que en ocasiones participa en los partidos y diversas campañas que promueven el empoderamiento de la mujer a nivel local.

Fiel fanática del grupo Reik, su canción favorita es “Yo quisiera” porque le recuerda una etapa muy bonita de su vida, le encanta leer, le gusta el mole y las conchas de pan dulce, de preferencia de chocolate, y disfruta de pasar tiempo con su familia y amigos cada vez que viene a su país.

Estefanía representa a cada uno de los mexicanos, niños y niñas que día a día luchan por su sueño y trabajan para brillar en lo más alto. Siempre sonriendo, siempre bailando.

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