Todo marchaba bien, los Golden State Warriors parecían haber recuperado esa mística que hace algunos años los convirtió incluso en el mejor equipo de la liga, hasta que llegó la inesperada e inoportuna lesión de su emblema: Stephen Curry, que lo dejó fuera de las semifinales de la Conferencia Oeste.

Los Minnesota Timberwolves eliminaron a los Warriors al ganarles la serie 4-1, con el detalle de que el único partido que ganaron los californianos fue el único en el que Curry tuvo participación, antes de sufrir una distensión de isquiotibiales.

Dolorosa victoria de los Warriors; Stephen Curry salió lesionado en los playoffs

Golden State apagó por completo a los Wolves, pero, ¿a qué costo?

Sin Curry los Warriors perdieron por lo menos el 50% de su ataque y si bien Curry es imprescindible, jugadores como Jimmy Butler, Draymond Green y Jonathan Kuminga, entre otros, no tuvieron la capacidad para hacerse cargo del equipo y darle la vuelta a la serie.

Anthony Edwards les pasó por encima, no hubo uno de los partidos en los que no estuvo Steph Curry en el que se le vieran posibilidades de ganar la semifinal de conferencia al equipo de Steve Kerr, en pocas palabras: se desplomaron.

Recurrentemente los integrantes de los equipos profesionales declaran que no dependen de un solo jugador, destacan que se trata de un trabajo en equipo, pero por parte de los Warriors sí quedó evidenciada su gran dependencia hacia Stephen Curry.

Esto no demerita el gran trabajo de los Timberwolves, que mantuvieron el ritmo y lograron una importante clasificación a las finales del Oeste, pues hicieron su trabajo, ganaron los partidos que debían de ganar y ellos no fueron los culpables de la lesión de Curry.

Después de la eliminación comienza un nuevo reto para Golden State: armar un equipo competitivo para la próxima temporada, pues si bien cuenta con nueve jugadores de primer nivel aún bajo contrato, tienen que pensar en reforzarse para momentos cruciales, como la ausencia del 'Chef' Curry.