En la sede de Cruz Azul son días de altas temperaturas y de cambios radicales luego de que la estrepitosa derrota 7-0 a manos del América, acérrimo rival, terminara con el ciclo de Diego Aguirre al frente del banquillo cementero.

La afición quedó más que dolida contra el odiado rival azulcrema. Si en el pasado había episodios con el América que habían lastimado sobremanera la estirpe cementera, el 7-0 se convirtió en otra dura herida que ha generado una revolución al interior del equipo.

Mientras la directiva intenta determinar si habrá algunos cambios en la plantilla del club, además del recambio en el timón del equipo, la afición también se hizo sentir en las instalaciones de la Noria, donde encararon a jugadores del primer equipo y, colocaron mantas con mensajes contra los jugadores, que a su consideración, arrastraron el prestigio celeste el fin de semana pasado.

Solo Juan Escobar detuvo su auto a la salida del entrenamiento para escuchar a la afición. Bajó el vidrio y escuchó los reclamos de los cementeros que mostraron su enojo con algunos improperiosy recriminaciones para varios jugadores del equipo, en especial contra l ‘Cata’ Domínguez.

Otros futbolistas, como Uriel Antuna, recibieron huevazos en sus vehículos mientras los aficionados intentaban explicarles que la camiseta de Cruz Azul no se ensucia.

Cruz Azul, después de la goleada recibida, quedó ubicado en la penúltima posición de la tabla general en la que, de no ser por Querétaro, estaría ubicado en el sótano de la clasificación.

Por lo pronto, y a reserva de lo que pase con algunos jugadores que podrían ser separados del primer equipo, en el banquillo entrará Raúl Gutiérrez como técnico interino a la espera de la determinación del estratega general que intentará recomponer el rumbo de una Máquina más que descarrilada.