El Barcelona encajó su primera derrota de la pretemporada, 2-1 ante el mucho más rodado Red Bull Salzburg de Austria, con un gol en la última jugada del partido.

Sorprendió de inicio el técnico Ronald Koeman, bajo un manto de lluvia, con la vuelta a su sistema predilecto en la segunda mitad de la pasada campaña, el 5-3-2, con su compatriota Frenkie de Jong como eje de la zaga para dotar de criterio la salida de balón.

Pero, fue el Red Bull Salzburg el que dominó la posesión en los primeros cinco minutos, hasta que los futbolistas ‘Culés’ se acoplaron al dibujo.

La intensidad del equipo austriaco volvió a trabar al Barcelona, como se vio en el minuto 24 en una ocasión clarísima de los locales. Jordi Alba, arrinconado de cara a su propia portería, quiso ceder el balón para el portero brasileño Neto, pero un atacante cortó el pase y la dejó a Noah Okafor para que él fallara a puerta vacía.

La próxima gran ocasión del partido estuvo en las botas de Memphis Depay, que en el minuto 34 hizo un reverso magistral en el vértice del área y, con poco ángulo, definió lamiendo el palo largo del portero Nico Mantl.

El error en la definición de Depay quedó opacado por otro fallo garrafal de Okafor, quien erró de nuevo con el portero batido en el minuto 37.

Todo lo fallado por el delantero se olvidó de un plumazo con el gol de Luka Sucic. El croata, a solo tres minutos del descanso, disparó un balón con bote desde fuera del área y reventó la red de Neto gracias, también, a un pequeño desvío en la cadera de De Jong.

Emerson Royal de gala para vestir los colores del Barcelona

Koeman esperó a la hora de partido para hacer sus primeras sustituciones y, junto con ellas, recuperó el 4-3-3 alineando al danés Martin Braithwaite como nueve por primera vez esta pretemporada.

El Barcelona apretó el acelerador en los últimos minutos de partido y encontró el premio en una acción muy afortunada. Sergiño Dest, en el minuto 82, disparó desde el borde del área, su tiro rebotó en un defensa primero y en la cadera de Braithwaite después, con la fortuna de que el rechace del danés encontró la puerta.

Tras el empate, el Salzburg volvió a la carga y en el minuto 90, en la última jugada del partido, el estadounidense Brenden Aaronson hizo el gol de la victoria al aprovechar un rechace del poste para delirio de los 29,520 espectadores que poblaron las gradas.