El Barcelona está de manteles largos con la llegada de Xavi Hernández al banquillo del equipo, hecho que hace soñar a la afición con la posibilidad de dejar atrás la crisis que ha golpeado al club en los últimos meses.

Xavi Hernández llegó sonriente y consciente de que el escenario es complicado. Bajo su tutela, así lo ha prometido, no habrá lugar para las derrotas y sí espacio para volver a empoderar a los jugadores importantes y de calidad. Serán ellos quienes deban ‘tirar de su carro’.

Xavi Hernández y esa sonrisa de regresar a casa

Sin embargo, dentro de toda esa felicidad, para Xavi hay un capítulo pendiente que, incluso, le genera tristeza: dirigirá al equipo de sus amores sin Lionel Messi en la plantilla, una cuenta pendiente que solo el futbol sabrá si se podrá saldar en el futuro.

“Me hubiera gustado entrenar a Lionel Messi. con Messi tengo amistad, me ha escrito y me ha deseado suerte, es el mejor jugador del mundo y de la historia de este club.

Sin embargo, Xavi también fue claro al asegurar que la realidad es que Leo vive una realidad y ya no está en el equipo, por lo que no ha tiempo ni espacio para seguir manteniendo heridas abiertas de alguien que se fue.

Durante su presentación, Xavi Hernández ha prometido crear un Barcelona con una filosofía donde no hay lugar para las derrotas.