Por Héctor Cantú
Obligado, el boxeador sufrió un de los golpes más duros de su vida
Al boxeador cubano, Robeisy Ramírez, no le gusta que le llamen campeón. Como a muchos otros pugilistas, él entiende que esa etiqueta se gana sobre el cuadrilátero a la par de que se cuelga y se ostenta un centro mundial.
Pero los vaivenes en su andar pugilístico y en su vida hacen meritorio este distintivo ganado por su deseo de crecer y superarse aunque el sacrificio le dejara un hueco en su corazón.
Esta es la historia de El Tren, el dos veces campeón olímpico por Cuba, y quien fue obligado por las autoridades deportivas de su país a someterse a una intervención quirúrgica para borrar el tatuaje donde brillaban los colores de los aros olímpicos acompañados de los años 2012 y 2016, ediciones de los Juegos Olímpicos de Londres y Río de Janeiro, en las que se colgó las preseas áureas.
Hoy, alejado de su país, Robeisy está asentado en Las Vegas, Nevada y allí entrena día a día buscando alcanzar el sueño de colgarse un cinturón mundial.
Robeisy Ramírez peleará este próximo 26 de febrero ante Eric Donovan en Glasgow, Escocia en pelea pactada a 10 asaltos.