Por Héctor Cantú
El mexicano tendrá una dura tarea ante Robson Conceicao
Óscar Valdez se declara listo para enfrentar uno de los retos más importantes de su carrera cuando se enfrente a Robson Conceicao, un boxeador que ya le ganó y que está dispuesto a destronarlo.
Para Valdez, un triunfo significaría dos cosas: limpiar las manchas en su nombre después de que le fuera diagnosticado un doping positivo tras consumir una sustancia para bajar de peso y la segunda, remover los escombros de aquella derrota que sufrió a manos del brasileño cuando era un peleador amateur.
En juego estará el cinturón verde y oro que acredita hasta este momento al sonorense como monarca indiscutido de las 130 libras, una de las divisiones más calientes del boxeo de la actualidad.
“Nuestra pelea amateur fue una pelea cerrada, pero perdí. Siempre me tomé muy en serio mis pérdidas. Todo el mundo odia perder y yo soy uno de ellos. Soy un mal perdedor. Ahora que tengo la oportunidad de pelear con él como profesional, me tomo esta pelea muy en serio como todas las peleas. Estoy defendiendo mi título, y voy a hacer lo que sea necesario y lo que sea que tenga para defender mi título y vengar mi derrota”, detalló el mexicano.
Por su parte, para Conceicao el conocer a Valdez le abre la posibilidad de dar una buena exhibición en la búsqueda por el cetro internacional, un logro que lo encumbraría a nivel mundial.
“Este es un momento muy importante para mí, el momento más importante de mi vida. Cuando me enfrenté contra él fue una pelea difícil. Batallé contra él y sus fans, y me motivó mucho y me hizo feliz. Aquí tenemos lo mismo. Voy a batallar contra dos oponentes, él y sus fans... De igual manera seré el ganador ", aseguró el sudamericano.
La pelea se desarrollará en Tucson, Arizona, sitio donde Valdez vivió su infancia hasta antes del divorcio de sus padres. El mexicano tendrá de su lado a la afición que lo respalda.