Es verdad, los Cowboys no jugaron nada mal. A diferencia de la temporada pasada, los de la estrella solitaria dieron un gran partido, le plantaron cara a los Tampa Bay Buccaneers, pero al final no les alcanzó y cayeron 31-29.

Desde días antes, muchos pronósticos coincidían en que este partido sería un auténtico 'tiroteo' y así fue. Tom Brady terminó con cuatro pases para touchdown y 379 yardas, mientras que Dak Prescott hizo lo propio con 403  y tres pases para touchdown.

Cuando se provocan cuatro balones perdidos, la ofensiva carbura y aún así se pierde, se debe de encontrar el detonante de la derrota y no, no fue la ejecución, ni siquiera la supuesta interferencia ofensiva al final: fueron los dos goles de campo y el extra fallados por Greg Zuerlein. Eran siete puntos de diferencia, dato claro y preciso.

Aunque en la segunda mitad, Zuerlein se pudo haber convertido en el héroe, la ofensiva de Dallas se aplicó al máximo y tuvo en sus manos el triunfo, no pudieron hacer mucho con la ofensiva de un minuto de Tom Brady, que logró colocar el ovoide en buena posición para que Ryan Succop conectara el gol de campo ganador.

Un gran partido para comenzar la Temporada 2021, los dos equipos se brindaron al máximo y sin duda es una buena premonición para lo que vendrá.