Por Héctor Cantú
El peledor mexicano perdió el invicto y una oportunidad de oro para hacer historia
Rey Vargas no pudo hacer historia el fin de semana pasado. O’Shaquie Foster resultó ‘un hueso mucho más duro de roer’ de lo que se había imaginado el mexicano, quien sufrió la primera derrota de su carrera pugilística.
Fue una pelea donde Vargas no lució sobre el cuadrilátero. Probablemente el haber subido de división le causó más problemas de lo que él mismo imaginó. Por momentos se notó lento a la hora de tirar combinaciones y no logró encontrar el ritmo de pelea que necesitaba para poder salir con la mano en alto.
Los jueces puntuaron una ‘paliza’ de Foster sobre Vargas (116-112, 117-111 y 119-109) números que dejaron con muy mal sabor de boca al peleador mexicano que buscaba convertirse en el onceavo púgil azteca en convertirse en monarca mundial en tres divisiones diferentes.
“No me pareció una decisión justa, pero hay que respetar a los jueces. Me pareció una pelea mucho más reñida de lo que reflejaron las tarjetas. Lo dije desde el principio, quizás el peso adicional fue un factor, pero en el boxeo uno también puede utilizar las piernas para ser táctico o para correr. Foster las usó para correr y se la pasó corriendo toda la noche”, detalló el oriundo del Estado de México al terminar la batalla.
Fue una pelea muy trompicada y demasiado incómoda para Vargas. Un cabezazo en los primeros episodios trastocaron los planes del mexicano al causarle un sangrado que lo dejó incómodo por varios lapsos de la pelea.
Rey solo alcanzó a conectar 101 golpes de los 524 que lanzó durante toda la pelea. La efectividad, inferior al 20 por ciento, refleja el mal momento que vivió sobre la lona.
“El cabezazo del principio comprometió mi visión por un momento, pero me recuperé rápidamente. No gané en el peso súper pluma, pero sigo siendo el campeón vigente en las 126 libras”, aseguró.
Ahora, Vargas podría regresar a defender su título en la división de los pluma, donde tiene al menos una pelea más por disputar en este 2023 una vez que se haya recuperado de las lesiones sufridas en su último combate.