El boxeo profesional está metido en una encrucijada a la que debe encontrarle salida para fortalecer el espectáculo sobre el ring.

Cada vez son más los pugilistas que en peleas por un título, apuestan a correr el cuadrilátero y a rehuir, esencialmente, al intercambio de golpes.

La muestra más clara fue la estrategia del cubano William Scull cuando enfrentó a Saúl ‘Canelo’ Álvarez en mayo pasado para no recibir demasiado castigo por parte del mexicano.

Ahora, una de las propuestas, es obligar a que la medida oficial del ring por cada lado sea únicamente de 4.9 metros, medida mínima que puede ser ampliada hasta los 6.1 metros, dentro de las reglamentaciones permitidas en el boxeo profesional actual.

Otra de las posturas es que el réferi tenga un papel mucho más exigente a la hora de pedir a los boxeadores a que entren a la batalla, una posición que podría darle la libertad para reducir puntos cuando no haya un deseo claro de intercambiar golpes.

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Una opción más que se ha puesto sobre la mesa es la que ha sugerido el jeque Truki Al-Alshikh, quien intentará promover el nocaut en el boxeo pagando un bonus para aquel peleador que busque y logre finiquitar sus comabtes por la vía del resultado efectivo.