OLIMPIADAS

Bob Beamon, una noche de excesos y el oro al día siguiente

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Por Héctor Cantú

El estadounidense escribió una de las glorias más icónicas de los Juegos Olímpicos

Uno de los pasajes más icónicos de la historia de los Juegos Olímpicos lo escribió el estadounidense Bob Beamon, saltador de longitud que tocó la gloria en la edición de México 1968.

El llamado salto imposible acaparó los reflectores y los principales espacios de los tabloides a nivel mundial. Los casi 9 metros de longitud logrados fueron una mezcla de factores que, en otras condiciones, no se hubiera logrado.

Años después del hito, los expertos aseguraron que la altura de la Ciudad de México, el ozono de la capital y la rapidez de Beamon se habían combinado para escribir este capítulo dorado del olimpismo.

Lo más curioso es que el propio Beamon, quien había sido muy disciplinado con las noches previas a sus competencias, reveló que en México 1968 rompió el buen comportamiento con horas de descontrol donde alcohol y la compañía de una mujer habían sido la cosntante horas previas a que se colgara el oro y escribiera su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos.

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