El cisma que parecía irreparable entre las dos series principales del automovilismo en Estados Unidos se ha borrado al menos provisionalmente.El resultado es un evento inusitado en el Indianapolis Motor Speedway, al que paradójicamente no podrán ingresar los aficionados.La Cup Series, máxima categoría de la NASCAR compartirá su escenario con la IndyCar en el mismo fin de semana por vez primera. La doble cartelera fue forzada por las numerosas alteraciones de calendario que se hicieron necesarias ante la pandemia de coronavirus. Aun así, constituye un paso importante para que las organizaciones del deporte motor conformen un frente unido.“Todos somos competidores en las carreras. Queremos correr para tener éxito”, dijo Kevin Harvick, líder actual de la temporada de la NASCAR y quien se impuso en la carrera Brickyard el año pasado. “Sé que en cierto modo es como si hubiera existido un estigma durante años sobre la gente de la IndyCar y de la NASCAR. Pero los pilotos son pilotos. Todos quieren ver una buena carrera y ser parte de un evento atractivo”. IndyCar, llamada CART en su época de mayor gloria, llegó a ser más grande que la NASCAR. Pero se dividió a mediados de la década de 1990, cuando Tony George creó su propia serie.Ello abrió la puerta para que la NASCAR aprovechara que los aficionados quedaron confundidos y divididos entre la CART y la Indy Racing League.La popularidad de la NASCAR creció de manera explosiva y rebasó a la de sus rivales.Al paso de los años, la NASCAR comenzó a realizar una carrera anual en Indianápolis. La relación entre las dos series ha mejorado.