El Barcelona no ha dejado sufrir en la Champions League 2020 aún en el partido decisivo que definieron el Bayern Munich y el Paris Saint Germain en Lisboa, Portugal.Philippe Coutinho, campeón con el equipo bávaro, se ha convertido en la representación física del dolor culé que se alargó más allá de la agonía competitiva. El brasileño, quien llegó por una cifra histórica que rondó los 120 millones de euros a la Ciudad Condal en 2018, justamente para levantar la Orejona, terminó haciéndolo pero no enfundado en los colores blaugranas. La historia le sigue dando la espalda al Barcelona. Cuando Coutinho dejó al Liverpool para jugar al lado de Messi, el equipo rojo levantó el título de clubes más importante del mundo. Ahora, que salió de manera temporal del vestidor que terminó despedazado por Quique Setién ha levantado la Champions con el club de Múnich que parece será una casa transitoria.En pocas palabras, parece que la fórmula Barcelona, Coutinho y Champions no funciona.“Nos hemos preparado muy bien y creo que hemos merecido este título. El partido se ha definido en los detalles y al final salimos como campeones. No puedo describir con palabras lo que siento, pero estamos muy contentos”, declaró al finalizar el encuentro. Palabras que seguramente llegaron a oídos del Barcelona y que en más de uno, habrán recalado a manera de arrepentimiento por haberlo cedido a préstamo.Y no solamente es el dolor de haber visto triunfar a su jugador bajo otros colores. También duele el pago cercano a los cinco millones de euros que el club tendrá que desembolsar al Liverpool luego del sexto título continental del Bayern.Así lo ha revelado el Daily Mail el cual referencia la existencia de una cláusula estipulada como indemnización si el brasileño salía campeón. El futuro inmediato parece indicar que Philip volverá al Barcelona para ponerse bajo las órdenes de Koeman. Que el flamante campeón será parte de los hombres de batalla que encabecen la limpia de un escudo que ha quedado maltratado, maltrecho y manchado.La diferencia es que el futbolista lo hará con una sonrisa, algo que el Barcelona se ha olvidado esbozar desde varios meses atrás.